Capítulo VIII: “Los daltónicos”

Hace unos días acudí al consistorio para realizar unas gestiones y cuando estaba dentro, que alegría, un silencio que llegaba a ensordecer. Tan sólo cuando empecé a subir escaleras un ligero sonido se introducía por mis oídos, cuanto más arriba más ensordecedor, al mirar más atentamente ¡Sorpresa! no son los mutantes trabajando, son ¡las moscas!.

El miedo a los pájaros se respira por todos los rincones, no se abre ni una boca. Me cuentan que hay rincones donde se ha llegado a llamar a emergencias porque alguno no mueve los labios ni para respirar.

Una vez atendido por los servicios sanitarios, nos comenta alguien que pasaba junto a la ambulancia, que el trabajador le preguntaba al enfermero “Pero ¿tú crees que se me ha visto lo suficientemente azul? Puedo aguantar un poquito más sin respirar”, el enfermero con mucho respeto le contestó “lo siento, yo es que soy daltónico y confundo los colores, pero el color natural de las personas es rojo”, el trabajador asustado dijo ¡rojo no por dios!

Para el de las producciones, “este no deja de ser más que un simple incidente y una mala interpretación de las palabras de mi líder, en ningún momento se les ha prohibido respirar, sólo no queremos que abran la boca en horario de trabajo pero siguen teniendo la nariz para tomar aire”. 

Y yo que lo único que quería era preguntar por lo que hacía falta para entrar en la bolsa de empleo, al consultar a uno de estos trabajadores, este velozmente (¡joder que ímpetu!) cogió una cuartilla y me escribió, “no podemos hablar pero para acceder a la bolsa se necesita….”, arzapallá pero si esto que me has dibujado son gaviotas.

Esto no es novela: Gracias a las más de mil visitas diarias de los últimos días, visitas que no clics. Tambien gracias a los "alemanes" que desde ayer tarde visitan la página.

Agradecer tambien los dibujos y viñetas que me estais mandando. Gracias Javier por este fabuloso dibujo.